Verónica Abad denuncia actos de totalitarismo del presidente Noboa tras su suspensión como vicepresidenta de Ecuador
Verónica Abad: Un Análisis de su Destitución y el Contexto Político en Ecuador
El Regreso de Abad a Ecuador
Verónica Abad, la exvicepresidenta de Ecuador, se prepara para regresar a su país tras casi un año de ausencia. Durante este tiempo, ha estado en el exterior desempeñando funciones como embajadora de paz, intentando mediar en el conflicto entre Israel y Palestina. Sin embargo, su regreso no es solo un viaje de retorno, sino también un intento de enfrentar una situación política complicada.
La Suspensión Injustificada
Recientemente, Abad fue apartada de su cargo en un movimiento político sin precedentes. El Ministerio de Trabajo decidió suspenderla por un total de 150 días bajo la acusación de abandono injustificado del cargo. Este término legal no se aplica a su situación, ya que es una funcionaria electa. La normativa citada por la ministra de Trabajo no contempla una sanción de tal magnitud, limitándose a un máximo de 30 días.
El Gobierno, que previamente había declarado a Abad como una enemiga política, busca evitar que asuma la presidencia cuando el actual mandatario, Daniel Noboa, deba dejar su puesto en enero para participar en la campaña electoral. En un movimiento estratégico, Noboa nombró a Sahira Moya como vicepresidenta interina, invocando el artículo 150 de la Constitución, lo que evidencia la intención de mantener el control político.
La Lucha por la Legalidad
La exvicepresidenta ha denunciado que su destitución es un acto de totalitarismo. En una conversación reciente, Abad expresó que la decisión de Noboa no fue tomada de manera aislada, sino que fue una orden directa que debe ser evaluada por las autoridades competentes. Ella ha llevado su caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), buscando una revisión urgente de su situación.
Abad enfatiza que su lucha no solo es por su restitución, sino también por la independencia de poderes en el país. Es crucial que un poder no se adueñe del Estado y que se respete el marco legal que rige la democracia ecuatoriana.
El Contexto Político y Social
Ecuador se encuentra en un momento crítico, donde las tensiones políticas están a la orden del día. La decisión del presidente de apartar a Abad se enmarca en un contexto de creciente autoritarismo. Abad ha señalado que Noboa ha demostrado comportamientos dictatoriales desde el inicio de su mandato, lo que pone en riesgo las libertades democráticas en el país.
La exvicepresidenta ha manifestado que su situación no la debilita, sino que la motiva a luchar con más fuerza por los principios democráticos. Ella cree firmemente que las leyes son fundamentales para la convivencia en un marco de justicia y orden.
La Respuesta del Gobierno
La reacción del Gobierno ante la situación de Abad ha sido contundente. El jefe del Comando Conjunto, Jaime Vela, se refirió a ella como exvicepresidenta, a pesar de que aún no ha perdido oficialmente su cargo. Esta actitud refleja la estrategia del Gobierno para deslegitimar a Abad y consolidar su propia narrativa.
Además, el presidente Noboa ha comenzado a investigar supuestas irregularidades relacionadas con el hijo de Abad, lo que podría interpretarse como un intento de desacreditarla aún más. Este tipo de maniobras políticas son comunes en contextos de tensión, donde los adversarios buscan debilitarse mutuamente.
El Futuro de Abad y Ecuador
A medida que se acerca la fecha de las elecciones programadas para el 9 de febrero, la situación de Abad se vuelve más crítica. Con la posibilidad de que asuma la presidencia en ausencia de Noboa, las acciones del Gobierno parecen dirigidas a impedir que esto ocurra. La exvicepresidenta ha manifestado su intención de seguir luchando por lo que considera justo, y su regreso a Ecuador podría marcar un punto de inflexión en la política del país.
Reflexiones sobre el Totalitarismo
La visión de Abad sobre el actual régimen de Noboa es clara: lo considera totalitario. En su opinión, el presidente ha perdido el rumbo y ve a Ecuador como un patrimonio personal. Este tipo de afirmaciones resuena en un contexto donde la democracia enfrenta desafíos constantes.
Abad sostiene que el verdadero límite del poder de un demócrata es la ley, y que aquellos que no respetan este principio se colocan a sí mismos por encima de la justicia y el orden. La lucha de Abad no solo es por su futuro político, sino por el futuro de la democracia en Ecuador.