Marruecos enfrenta problemas de salud pública mientras subvenciona el azúcar en la industria alimentaria

El Dulce Amargo de Marruecos: Un Debate sobre el Azúcar y la Salud

La Dulzura en la Vida Cotidiana

En Marruecos, el azúcar se ha convertido en un ingrediente esencial en la dieta diaria. Desde el té de menta hasta los postres más elaborados, el uso del azúcar es casi omnipresente. Sin embargo, este hábito de consumo ha llevado a un aumento alarmante en los niveles de obesidad y enfermedades relacionadas. Cada año, un marroquí consume alrededor de 36 kilos de azúcar, un número que ha crecido un 44% en los últimos cincuenta años. Este consumo es cuatro veces mayor que lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

El Rol del Estado en el Consumo de Azúcar

El gobierno marroquí ha implementado subsidios para el azúcar, con la intención de hacerlo más accesible para las clases desfavorecidas. Actualmente, el precio del azúcar se mantiene por debajo de 10 dirhams (aproximadamente 0,9 euros) por kilo. En el presupuesto de 2024, se han destinado cerca de 4.000 millones de dirhams (alrededor de 370 millones de euros) para controlar este precio en el mercado local. Sin embargo, una parte significativa de estos fondos termina en manos de la industria agroalimentaria, que se beneficia de estos precios controlados.

La Paradoja de los Impuestos

A pesar de los subsidios, el gobierno también ha introducido impuestos sobre las bebidas azucaradas y otros productos con alto contenido de azúcar. Desde 2018, se aplica un impuesto a las bebidas gaseosas, y desde 2022, se gravan productos como pastas y chocolates. Este enfoque parece contradictorio, ya que el estado recauda alrededor de 65 millones de euros anualmente por estos impuestos, una cifra que es inferior a los 93 millones de euros que se destinan a subsidios.

La Carga Económica de la Obesidad

Un grupo de trabajo sobre la obesidad en Marruecos ha señalado que la situación de salud pública relacionada con el azúcar tiene un costo económico significativo. Se estima que el costo de la obesidad en el país asciende a 24.000 millones de dirhams anuales. Este problema es especialmente preocupante en un país con una población de 38 millones de habitantes, donde aproximadamente el 20% de las personas son obesas, y un 33% más tiene sobrepeso. La Liga Marroquí de Lucha contra la Diabetes ha advertido sobre el impacto financiero que esto tiene en el sistema de salud nacional.

Un Llamado a la Acción

Expertos en salud han instado al gobierno a reconsiderar sus políticas de subsidios y a implementar un sistema más efectivo para regular la cantidad de azúcar en los productos procesados. Sin embargo, a pesar de los llamamientos, ningún gobierno, ya sea islamista o laico, ha tomado medidas significativas en este sentido. La situación se complica aún más porque el estado continúa apoyando una industria que utiliza azúcares modificados, lo que agrava el problema de salud pública.

La Industria Agroalimentaria y su Influencia

La industria agroalimentaria en Marruecos juega un papel crucial en la situación actual. Con el apoyo del gobierno, esta industria ha aumentado su producción de alimentos azucarados, que son tanto asequibles como atractivos para los consumidores. Esto ha llevado a un ciclo en el que el azúcar se convierte en un componente indispensable en una variedad de productos, desde el pan hasta las carnes procesadas.

La Controversia en el Debate

La controversia sobre el azúcar en Marruecos no se limita a la salud pública; también plantea preguntas sobre la responsabilidad del gobierno en la promoción de un estilo de vida saludable. A pesar de los esfuerzos para gravar productos azucarados, la realidad es que las políticas actuales no han logrado abordar la raíz del problema. La falta de acción para eliminar los subsidios a la industria del azúcar ha dejado a muchos preguntándose si el gobierno está realmente comprometido con la salud de su población.

Un Futuro Incierto

La situación actual en Marruecos plantea un futuro incierto en términos de salud pública. Con un aumento constante en el consumo de azúcar y un sistema de subsidios que lo fomenta, es probable que los problemas de obesidad y diabetes continúen creciendo. La falta de medidas efectivas por parte del gobierno solo perpetúa este ciclo dañino, dejando a la población vulnerable a las consecuencias de una dieta poco saludable.

La Necesidad de un Cambio

Es evidente que se necesita un cambio en la forma en que se aborda el problema del azúcar en Marruecos. Esto incluye no solo la revisión de los subsidios, sino también la implementación de campañas de concienciación sobre los riesgos asociados con el consumo excesivo de azúcar. La educación y la información son herramientas clave para empoderar a los ciudadanos a tomar decisiones más saludables.