Los viajeros chinos regresan lentamente a la isla de Kinmen, cerca de la costa de Taiwán

Regreso lento de los turistas chinos a Kinmen

Un lugar marcado por la historia

La pequeña isla de Kinmen, ubicada a solo seis millas de la costa de China, ha sido un punto crítico en la historia militar entre Taiwán y China. A medida que el mundo cambia, esta isla ha comenzado a ver un regreso gradual de los viajeros chinos, aunque no de la manera que muchos esperaban. Zhang Zhong Jie, propietario de un café en un antiguo búnker militar, observa cómo el pasado y el presente se entrelazan en su negocio.

Un café en un lugar inusual

El café de Zhang se encuentra en una fortificación militar abandonada, rodeado de tanques oxidados y otros restos de conflictos pasados. Este entorno es familiar para los habitantes de Kinmen, quienes han aprendido a vivir con las huellas de la historia. Desde que abrió sus puertas en 2018, su negocio dependía en gran medida de los turistas chinos. En los primeros años, Zhang recibía grupos de turistas a diario, un flujo constante que mantenía su café y el de otros en la isla en funcionamiento. Sin embargo, el panorama ha cambiado drásticamente en los últimos años.

La interrupción del turismo

Desde agosto de 2019, los turistas individuales de China no pudieron visitar Taiwán debido a las tensiones políticas. Este evento marcó el inicio de una crisis para el sector turístico en Kinmen. La llegada de la pandemia de Covid-19 en 2020 solo agravó la situación, ya que los grupos turísticos fueron prohibidos. Para los residentes de Kinmen, la falta de visitantes de la China continental ha tenido un impacto devastador en la economía local.

Un cambio en la economía local

La economía de Kinmen se basaba en gran medida en el turismo de los visitantes chinos, que contribuían con casi 200 millones de dólares anuales. Sin embargo, en 2023, el número de turistas chinos que llegaron a la isla cayó drásticamente, de más de 400,000 en 2019 a menos de 18,000 en 2023. Este cambio ha llevado a muchos propietarios de negocios a buscar nuevas formas de sobrevivir.

Nuevas estrategias de negocio

Beddy Chang, dueña de un restaurante de fideos, ha visto cómo su clientela ha cambiado drásticamente. Antes, el 80% de sus clientes eran turistas de China. Ahora, se ha visto obligada a exportar sus productos al extranjero para mantener su negocio. Otros, como Wu Zeng Yun, han cambiado sus operaciones hacia la isla principal de Taiwán, organizando eventos en grandes almacenes para atraer a los consumidores.

La vida de un pescador

Por otro lado, aquellos que no han tenido tanto éxito, como Lu Wen Shiung, han tenido que adaptarse a nuevas realidades. Después de cerrar su restaurante, comenzó a ofrecer tours en barco y a pescar para complementar su ingreso. Sin embargo, la situación se ha vuelto complicada. Tras un incidente en febrero donde dos ciudadanos chinos perdieron la vida en una colisión entre barcos, la Guardia Costera de China ha aumentado su presencia en la región, lo que ha generado más tensiones.

Esperanzas de un retorno

A pesar de las dificultades, hay un rayo de esperanza. A finales de agosto, la legisladora local Chen Yu Jen viajó a Pekín para discutir la reanudación del turismo en Kinmen. Se le aseguró que los turistas chinos pronto regresarían. De hecho, un pequeño grupo de 22 turistas llegó a la isla en septiembre, marcando el primer paso hacia la normalidad. Sin embargo, muchos en Kinmen son escépticos de que el turismo vuelva a los niveles anteriores.

La perspectiva de los guías turísticos

Chen Hua Sheng, un guía turístico local, mantiene una actitud optimista. Él espera que los turistas de la China continental puedan volver a visitar Taiwán y Kinmen, lo que podría fomentar el desarrollo económico en ambas regiones. Para los habitantes de Kinmen, el regreso del turismo chino no solo representa una oportunidad económica, sino también un puente hacia la reconciliación entre las dos orillas del estrecho.