La reconstrucción en Marruecos aún no comienza

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La situación de la reconstrucción en Marruecos un año después del terremoto

Un año ha pasado desde que un devastador terremoto sacudió Marruecos, y la reconstrucción de las áreas afectadas sigue siendo una tarea monumental. A pesar de los esfuerzos del Gobierno, solo un pequeño número de viviendas ha sido rehabilitado, dejando a miles de personas en condiciones precarias.

Avances limitados en la reconstrucción

Hasta la fecha, se han completado aproximadamente 1,000 viviendas, de las cerca de 60,000 que sufrieron daños. Esto ha llevado a que muchas familias se preparen para enfrentar otro invierno en tiendas de campaña. La administración pública ha declarado que 63,862 familias, que representan el 97% de los afectados, han recibido algún tipo de asistencia oficial. Sin embargo, la realidad en el terreno parece contar una historia diferente.

Amín Bouich, un ingeniero involucrado en la reconstrucción en la provincia de Al Hauz, que fue la más afectada, ha señalado que los retrasos en la reconstrucción se deben a “problemas de accesibilidad“. Esta región montañosa presenta desafíos significativos, incluyendo cumbres de más de 4,000 metros y valles complicados. La carretera principal, la Nacional 7, que atraviesa el Alto Atlas, aún está en proceso de reparación, aunque se ha habilitado para el tránsito este verano.

Descontento y abandono

La situación ha llevado a que muchos ciudadanos expresen su frustración. Ali Ait Buluyor, un hombre de 62 años, ha manifestado su decepción al sentir que han sido olvidados por el Estado. Según él, “nos han dejado de lado”, refiriéndose a la falta de atención hacia las aldeas afectadas. Este sentimiento de abandono es compartido por muchos que consideran que un tercio de los afectados ha quedado fuera de los programas de subsidios.

En el pueblo de Ida Dublar, las condiciones son extremas. “Hemos pasado el invierno bajo la nieve en tiendas de campaña, y se aproxima otro invierno”, comenta un residente. La falta de recursos ha obligado a las familias a dormir bajo múltiples mantas para combatir el frío. Bouich, por su parte, ha indicado que las ayudas se otorgan solo a aquellos que residen permanentemente en las poblaciones, excluyendo a quienes trabajan en otras áreas.

Fondos y promesas gubernamentales

El Gobierno de Marruecos ha anunciado un presupuesto de 11,000 millones de euros para la reconstrucción, que incluye la rehabilitación de unas 55,000 casas en diversas etapas de tramitación de subsidios. Además, se han destinado fondos para el sustento del ganado y se han reabierto 111 escuelas y 42 centros de salud. Sin embargo, muchos ciudadanos, como Said Ait Mehdi, han señalado que las ayudas directas de 2,500 dirhams mensuales están a punto de finalizar y que numerosas familias aún no las han recibido.

El paisaje del Alto Atlas sigue marcado por los estragos del cataclismo del 8 de septiembre de 2023. Los restos de casas de adobe y piedra son un recordatorio constante de la devastación. La comunidad se enfrenta a un futuro incierto, con la esperanza de que las promesas gubernamentales se materialicen en acciones concretas.

La vida cotidiana en las comunidades afectadas

En el corazón de la tragedia, el café Ymmy se ha convertido en un símbolo de la resistencia. En el lugar donde antes se erguían la oficina de correos, un banco y un centro de salud, ahora solo hay instalaciones prefabricadas. Los medios marroquíes han descrito el epicentro del terremoto como un “barrio de chabolas”, reflejando la dura realidad que enfrentan los sobrevivientes.

Recientemente, se llevó a cabo una protesta inusual en Talat N´Yakub, donde los ciudadanos expresaron su descontento por la lentitud de los trabajos de reconstrucción. En Taurirt, un pueblo completamente destruido, no hay planes de reconstrucción, y en su lugar ha surgido un asentamiento de viviendas prefabricadas.

Historias de desesperación

Malika el Bisem, una joven viuda de 26 años, ha recorrido cinco kilómetros desde su aldea de Talacoret. Con su hija Leila, de solo dos años, en brazos, busca ayuda desesperadamente. “He perdido mi casa y aún no he recibido nada del Gobierno. Las listas están cerradas y ya no hay esperanza”, expresa con tristeza. Su única fuente de apoyo es su hermano, quien cuida cabras en las montañas.

La situación de Malika no es única; muchas familias se encuentran en circunstancias similares, luchando por sobrevivir en medio de la adversidad. La falta de recursos y la exclusión de los programas de ayuda han dejado a muchos en un estado de vulnerabilidad extrema.

La esperanza de un futuro mejor

A pesar de los desafíos, hay un rayo de esperanza entre los sobrevivientes. Algunos han comenzado a organizarse y a exigir respuestas del Gobierno. La comunidad está tratando de unirse para abogar por sus derechos y buscar soluciones a sus problemas.

La reconstrucción de Marruecos es un proceso que requiere tiempo, esfuerzo y recursos. Sin embargo, la voluntad de la comunidad y la presión sobre las autoridades podrían ser factores clave para acelerar los esfuerzos de rehabilitación. La voz de los ciudadanos es fundamental para garantizar que no sean olvidados en este proceso.

Lucía Ramírez

Soy Lucía Ramírez, reportera enfocada en Economía Global, Medio Ambiente y Bienestar. He viajado por el mundo analizando cómo las tendencias económicas afectan a diferentes culturas y ecosistemas. Mi trabajo en Versi busca dar voz a las historias menos contadas, aquellas donde la economía y el medio ambiente se encuentran con el bienestar humano, ofreciendo una visión global que conecta estos aspectos vitales de nuestra vida cotidiana.

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