La hipocresía de los líderes mundiales en la cumbre de los BRICS+ y su impacto en la política global
La Feria de la Hipocresía Política
La Cumbre de los BRICS y sus Discrepancias
En un mundo donde las palabras a menudo se distancian de las acciones, la reciente cumbre de los BRICS en Kazán, Rusia, ha expuesto contradicciones notables. Entre los líderes presentes, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su colega de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, protagonizaron un espectáculo que muchos califican de hipócrita.
La Dualidad de las Declaraciones
Las declaraciones de Putin contrastan dramáticamente con las realidades que enfrenta su nación. Mientras proclama estabilidad y cooperación internacional, su país está sumido en un conflicto que ha desatado tensiones globales. Esta dicotomía entre lo que se dice y lo que se hace también se observa en otros líderes de la cumbre.
Por su parte, Xi Jinping, el líder chino, intenta posicionar a su país como un pilar de estabilidad global. Sin embargo, su apoyo a regímenes que actúan en contra de la ley internacional plantea dudas sobre la sinceridad de sus afirmaciones. En particular, su actitud hacia una disputa territorial con Filipinas resalta esta hipocresía, ya que ignora fallos de tribunales internacionales cuando le resulta conveniente.
La Postura de las Democracias en la Cumbre
Un aspecto inquietante es cómo algunas democracias presentes en la cumbre abordan la agresión a Ucrania. La postura de Lula, presidente de Brasil, es un claro ejemplo de ambigüedad. Al afirmar que Zelenski comparte la responsabilidad del conflicto, Lula parece desviar la atención de la agresión rusa, lo que deja a muchos cuestionando su compromiso con los valores democráticos.
En contraste, Gabriel Boric, presidente de Chile, ha demostrado una postura más firme respecto a los derechos humanos y la democracia. A pesar de la ambigüedad que ha rodeado a Lula, su decisión de vetar la entrada de Venezuela en el BRICS es un paso positivo. Este acto representa un cambio tras años de ambivalencia hacia un régimen criticado por sus violaciones a los derechos humanos.
La Hipocresía de las Potencias Emergentes
Las democracias dentro del BRICS, como India y Sudáfrica, han mostrado cercanía con Putin, visto como uno de los mayores colonialistas de la era moderna. A pesar de sus discursos anticoloniales, estos países parecen ignorar el contexto de la agresión rusa y las violaciones que han motivado la condena internacional.
El comunicado final de la cumbre expresa preocupación por “medidas coercitivas unilaterales ilegales”, pero no menciona la brutalidad que ha llevado a tales acciones. Este silencio es un claro ejemplo de cómo las alianzas políticas pueden nublar el juicio moral.
La Dificultad de la Cooperación Internacional
La cooperación con regímenes cuestionables no es exclusiva de los BRICS. Occidente también ha sido culpable de esta práctica, apoyando a gobiernos que no respetan los derechos humanos. Sin embargo, se espera que los miembros democráticos de los BRICS actúen con mayor coherencia entre sus valores y acciones. La falta de firmeza ante los agresores es decepcionante, especialmente al defender a los que sufren.
La Búsqueda de Intereses Propios
Los miembros de los BRICS parecen más interesados en perseguir sus propios intereses que en defender principios democráticos. Esta búsqueda de beneficios personales les lleva a jugar en dos bandos, interactuando con potencias occidentales y orientales según lo que más les convenga. Este enfoque pragmático, aunque comprensible desde un punto de vista político, plantea serias preguntas sobre la autenticidad de sus compromisos.