La conversación entre El Mayo Zambada y Diego Enrique Osorno revela la visión del narcotráfico en México

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Un Encuentro Inesperado: La Reveladora Conversación con El Mayo Zambada

Un Encuentro Inesperado: La Reveladora Conversación con El Mayo Zambada

El Contexto del Encuentro

En 2021, el periodista y documentalista mexicano Diego Enrique Osorno se vio envuelto en una situación sorprendente. Ismael El Mayo Zambada, antiguo líder del Cartel de Sinaloa, lo contactó para una conversación cara a cara en las montañas del norte de México, un lugar que simbolizaba el poder y la clandestinidad del narcotráfico.

La Charla en las Montañas

La reunión, que duró alrededor de tres horas, tuvo lugar entre la tarde y la noche. Durante su conversación, Zambada compartió detalles sobre su vida y operaciones. Mientras se sentaban a la mesa, ofreció carne asada, verduras, frijoles y tortillas, un gesto que contrastaba con la gravedad de su reputación.

En un momento, Zambada fue directo: Nos dedicamos a un negocio que necesita Estados Unidos. Eso hacemos. Esta declaración dejó claro que, a pesar de su vida criminal, se veía como parte de un sistema que dependía de la demanda estadounidense.

La Vida Detrás del Crimen

Zambada no se mostró orgulloso de su situación. Comentó que su vida no era fácil y que enfrentaba muchas dificultades. No se crea que nuestra vida es buena, dijo, añadiendo que había que trabajar arduamente para mantener los negocios y la familia. Este comentario reveló un lado más humano del líder del cartel, a quien muchos ven simplemente como un villano.

Temas de Guerra y Paz

Durante la conversación, abordaron temas sobre la violencia y las guerras en la historia de México. Zambada mencionó que siempre ha habido conflictos, y que su grupo era tratado de la misma manera que figuras históricas como Pancho Villa, a quien se le había etiquetado como terrorista.

Osorno preguntó sobre su identidad y la de su grupo. La respuesta de Zambada fue sorprendente: Nosotros nos dedicamos a un negocio que necesita Estados Unidos. Estamos en contra de los que traicionan y de los que matan niños. Esta declaración contradice la imagen que muchos tienen de los narcotraficantes, quienes a menudo son vistos como los principales responsables de la violencia en el país.

La Negación del Fentanilo

Uno de los puntos más intrigantes fue cuando Zambada afirmó que su grupo no estaba involucrado en la venta de fentanilo ni en la gestión de pequeñas tiendas de drogas. Esta afirmación desafía la narrativa popular sobre el narcotráfico en México, donde se asocia a los carteles con la distribución de esta peligrosa sustancia.

Zambada expresó su desdén por aquellos que operan en el tráfico de drogas en pequeñas cantidades, sugiriendo un sentido de orgullo en su propio negocio. Esta conversación reveló un lado más complejo de su personalidad, mostrando que, a pesar de su vida delictiva, se veía a sí mismo como un actor importante en un sistema que, según él, era necesario.

La Relación con el Gobierno

En un giro sorprendente, Zambada reveló que había sido parte del gobierno en el pasado. Esta declaración plantea preguntas sobre la relación entre el narcotráfico y las autoridades en México. Osorno le preguntó sobre Genaro García Luna, el exzar de seguridad del expresidente Felipe Calderón, quien fue condenado por narcotráfico en Estados Unidos. Zambada negó haberle dado dinero, aunque dejó abierta la posibilidad de que su hermano sí lo hiciera.

Este intercambio sugiere que las conexiones entre el crimen organizado y la política son más complicadas de lo que muchos imaginan. Zambada parecía consciente de su posición y de cómo su grupo operaba dentro de un sistema interconectado con el gobierno.

El Legado de la Conversación

El relato de Osorno sobre su encuentro con Zambada no solo es un testimonio de la vida del narcotraficante, sino que también refleja las complejidades de la sociedad mexicana. A medida que la conversación avanzaba, se tornó un análisis sobre la naturaleza de la guerra y la paz en un país marcado por la violencia.

El libro de Osorno, titulado “En la Montaña”, profundiza en estos temas y proporciona una visión única de la vida y motivaciones de uno de los capos más notorios del narcotráfico. A través de su narrativa, Osorno invita a los lectores a cuestionar las percepciones comunes sobre el crimen organizado y a explorar las dinámicas más profundas que lo sustentan.

Un Llamado a la Reflexión

La obra de Osorno es un recordatorio de que no todo es blanco y negro en el narcotráfico. Las vidas de aquellos involucrados son complicadas y llenas de matices. La conversación con Zambada revela que, a pesar de la violencia y la criminalidad, hay elementos de humanidad y lucha por la supervivencia.

“En la Montaña” ofrece una perspectiva única sobre el narcotráfico en México y las personas que operan dentro de este mundo. A medida que los lectores se sumergen en las páginas del libro, se encuentran con una narrativa que desafía sus creencias y les invita a considerar las complejidades de la vida en un país marcado por la violencia y el crimen.

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