La CDU y su dilema con la izquierda populista

La CDU y el Desafío de la Coalición en Alemania

La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania se encuentra ante un enorme desafío. La reciente victoria del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones regionales ha puesto a la CDU en una posición complicada. La situación es especialmente crítica en los estados orientales de Turingia y Sajonia, donde la CDU, liderada por Friedrich Merz, se ve obligada a considerar alianzas con partidos que están en las antípodas de su ideología.

La Victoria de AfD y sus Consecuencias

La victoria del AfD ha sacudido los cimientos de la política alemana. En Turingia, el partido obtuvo 32 escaños de 88, marcando un hito al ser la primera victoria de un partido de extrema derecha en un estado alemán desde la Segunda Guerra Mundial. Esta situación no solo afecta al gobierno de coalición del socialdemócrata Olaf Scholz, sino que también presiona a la CDU a actuar de manera rápida y efectiva para evitar que el partido se fracture.

Friedrich Merz ha declarado que la CDU es el último bastión del centro democrático contra el populismo de extrema derecha en Alemania. Frente a esta realidad, el partido se enfrenta a la difícil tarea de formar gobiernos estables sin recurrir a los ultraderechistas. Esto significa que deben considerar alianzas con la izquierda, algo que hasta ahora han evitado.

La Dilema de las Coaliciones en Turingia

En Turingia, el panorama es complejo. La CDU debe evaluar la posibilidad de una coalición de cuatro partidos. Sin embargo, incluso si logran un acuerdo con los socialdemócratas del SPD y el nuevo partido de la exlíder comunista Sahra Wagenknecht (BSW), aún les faltaría un escaño para alcanzar la mayoría necesaria de 45. Este voto adicional solo podría provenir de Die Linke, el partido de Bodo Ramelow, quien actualmente es el primer ministro en funciones.

Ramelow ha mostrado disposición para negociar con los democristianos, pero la CDU se enfrenta a un dilema. En 2018, el partido decidió establecer un veto contra los extremos del espectro político, que incluye tanto a Die Linke como al AfD. Este veto ha sido un pilar de la estrategia de la CDU, y romperlo podría tener repercusiones significativas.

Temores Internos en la CDU

El ambiente dentro de la CDU es tenso. Existen temores de que, si se rompe este cordón sanitario autoimpuesto, algunos líderes regionales comiencen a explorar la posibilidad de negociar con el AfD. Figuras prominentes del partido, como el exsecretario general Mario Czaja y la expresidenta de Turingia Christine Lieberknecht, han sugerido que se reconsidere el veto.

El acuerdo con el BSW no está exento de controversia. A pesar de que es la única forma de formar un gobierno sin el AfD, muchos dentro de la CDU están preocupados por el pasado comunista de Wagenknecht y su relación con Oskar Lafontaine, un personaje polémico en la política alemana. Esto ha llevado a que algunos miembros del partido cuestionen la viabilidad de una alianza con el BSW.

La Crítica a la Alianza con BSW

Merz ha descrito al BSW como un partido “en parte de derechas y en parte de extrema izquierda”, lo que refleja la confusión y la incertidumbre que rodea esta posible alianza. Además, Wagenknecht ha exigido que cualquier gobierno de coalición en Turingia y Sajonia se oponga a la ayuda armamentística a Ucrania y a la presencia de misiles estadounidenses en Alemania. Esto representa un desafío directo a los principios de la CDU en política exterior y defensa.

El malestar dentro de la CDU ha comenzado a manifestarse. Un grupo de aproximadamente 40 miembros del partido ha solicitado que se apruebe una resolución de incompatibilidad con el BSW en el próximo congreso federal, que se llevará a cabo en junio de 2025. Este tipo de movimientos internos podría complicar aún más la situación de la CDU.

La CDU de Brandeburgo y sus Temores

La CDU en Brandeburgo también está preocupada. Existe el temor de que las negociaciones con el BSW puedan envenenar su propia campaña electoral. Esto hace que sea muy poco probable que se alcance un acuerdo antes de las elecciones, y algunos sugieren que las conversaciones podrían retrasarse hasta después de Navidad.