Kelly Lytle-Hernández advierte sobre los peligros del control migratorio bajo un posible segundo mandato de Trump
La Política Migratoria en Estados Unidos: Un Análisis Crítico
La Inmigración como Herramienta de Control
En el contexto actual de la política estadounidense, el control migratorio se ha convertido en un tema central que afecta a millones de personas. La historiadora de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Kelly Lytle-Hernández, ha señalado que esta herramienta ha sido utilizada por líderes políticos de diversas ideologías para ejercer poder. Desde finales del siglo XIX, aproximadamente 58 millones de personas han sido deportadas, una cifra que supera la población actual de países como Argentina, Canadá o España.
La Deportación y su Impacto en las Comunidades
Lytle-Hernández destaca que la mayoría de las deportaciones han afectado a personas de razas no blancas, con un 96% de los deportados siendo enviados a México y otros países de poblaciones mestizas. Esta tendencia refleja una política punitiva que se ha intensificado a lo largo de los años. El sistema migratorio estadounidense no solo se basa en la ley, sino que también está influenciado por factores raciales y sociales.
El Futuro de la Política Migratoria
Independientemente de quién gane las próximas elecciones, Lytle-Hernández prevé que la política migratoria seguirá endureciéndose. Tanto el actual presidente como su oponente han mostrado un consenso en la necesidad de controlar la migración, aunque sus enfoques pueden diferir. Mientras que Trump ha prometido una campaña de deportación masiva, el equipo de su oponente también ha hablado sobre la necesidad de reforzar las leyes migratorias.
La Historia y su Relevancia
La historiadora tiene una visión pesimista sobre la evolución de la política migratoria en Estados Unidos. Ella sostiene que la ley de inmigración de 1952 fue diseñada para mantener las restricciones impuestas en la década de 1920. Aunque ha habido enmiendas, la ejecución de estas leyes ha sido cada vez más severa, lo que ha llevado a una continuidad desafortunada en la historia de la inmigración.
Asilo y Desigualdad
Al abordar el tema del asilo, Lytle-Hernández menciona que hay una clara diferencia en cómo se trata a personas de diferentes nacionalidades. Por ejemplo, los programas establecidos para los ucranianos difieren significativamente de aquellos para haitianos y afganos. Esto demuestra cómo el sistema migratorio prioriza a ciertas poblaciones, generando una desigualdad inherente en el proceso.
La Posibilidad de un Futuro Oscuro
Con la experiencia adquirida en la última década, la historiadora advierte sobre el potencial de un futuro sombrío en el manejo de la política migratoria. La posibilidad de campos de detención masivos y la separación de familias son realidades que podrían intensificarse. Estas prácticas han sido comunes durante décadas, sugiriendo que la historia tiende a repetirse.
El Poder del Gobierno y la Inmunidad Constitucional
Un aspecto crucial del control migratorio es que, dentro de un rango de 160 kilómetros de la frontera, la cuarta enmienda de la Constitución puede ser limitada. Esto otorga al Poder Ejecutivo un control significativo sobre las acciones migratorias, facilitando el crecimiento de un régimen autocrático. Lytle-Hernández resalta que la migración no se rige por las mismas normas que otras áreas del gobierno, permitiendo a las autoridades actuar con impunidad.
La Historia de Exclusión
Desde finales del siglo XIX, decisiones judiciales han permitido la exclusión de ciertos grupos, como los inmigrantes chinos, bajo la premisa de que representaban un riesgo para la seguridad nacional. Esto ha establecido un precedente que permite a las autoridades actuar sin las protecciones que normalmente se aplican a los ciudadanos. Las leyes migratorias han sido utilizadas como un mecanismo de control que permite redadas y detenciones sin un debido proceso.
La Resistencia y el Activismo
A pesar de los desafíos, la historiadora enfatiza la importancia de la movilización y el activismo para contrarrestar las políticas migratorias opresivas. Las protestas y la resistencia de los defensores de los derechos de los inmigrantes han llevado a algunos cambios, aunque limitados. La lucha por la justicia migratoria es, por lo tanto, una tarea colectiva que requerirá el compromiso de muchas personas.