Crisis de vivienda obliga a decenas de personas a vivir en barcos en Las Palmas
Una Vida Alternativa en el Mar: La Realidad de Vivir en Barcos
La Crisis de la Vivienda en Las Palmas
En Las Palmas de Gran Canaria, el aumento del costo de la vivienda ha llevado a muchas personas a buscar alternativas poco convencionales para vivir. En lugar de alquilar un apartamento, algunos han optado por residir en barcos amarrados en el puerto deportivo, a pesar de que esto no está permitido por las ordenanzas locales. Esta situación ha generado un nuevo estilo de vida para decenas de individuos que han decidido que vivir en tierra firme ya no es viable.
La Historia de Rafael
Uno de los residentes, conocido como Rafael, es un periodista jubilado de 82 años que se encontró en esta situación. Después de una larga carrera de 30 años, su pensión de 500 euros al mes no le permitía acceder al mercado inmobiliario. Durante un tiempo, vivió con una de sus hijas, pero cuando ella decidió vender su apartamento, Rafael se dio cuenta de que necesitaba encontrar una solución. Con un poco de suerte, logró vender el piso por un precio superior al que su hija había establecido, lo que le dejó con 20,000 euros. Un amigo le sugirió la idea de comprar un barco, y así fue como Rafael adquirió un velero de menos de nueve metros. Desde entonces, ha encontrado en el mar una vida digna.
La Realidad de Otros Residentes
Sin embargo, no todos los que viven en barcos tienen historias tan optimistas. Nin, un marinero de 60 años, señala que muchas personas están comprando barcos viejos y deteriorados porque es la única opción que les queda debido a la crisis de vivienda. La situación es tal que algunos, que prefieren mantenerse en el anonimato, han optado por vivir en sus embarcaciones ya que no pueden afrontar los altos precios de los alquileres. Uno de ellos menciona que su salario apenas le permite subsistir, y que en el barco puede tener una vida digna sin molestar a nadie. Pero, lamenta, las autoridades quieren desalojarlos.
Aumento de Alquileres en Canarias
Los números son alarmantes. Entre enero y septiembre, los precios de alquiler en Canarias han subido casi un 9%, posicionando a la región como una de las más caras de España. En lugares como San Bartolomé de Tirajana, el precio medio por metro cuadrado asciende a 19,3 euros, similar a ciudades como Madrid y Barcelona. Esta escalada en los precios ha dado lugar a asentamientos informales donde trabajadores de la industria hotelera y restauran se ven obligados a vivir en condiciones precarias, ya sea en infraviviendas o en sus vehículos.
La Vida en el Barco
Rafael comparte que el costo de vivir en su barco es menos de 100 euros al mes, lo que le permite disfrutar de su vida en el centro de Las Palmas. Este precio incluye servicios como luz y agua, además del acceso a instalaciones del puerto, como duchas y baños. La búsqueda de barcos en el puerto se ha vuelto intensa, pero no todos pueden imitar su ejemplo. Hay una lista de espera de más de cien personas que desean amarrar sus embarcaciones en la Marina Las Palmas, que ofrece los precios de amarre más económicos de España.
Legalidad de Vivir en un Barco
La legalidad de residir en un barco es un tema complicado. Según Carlota Zapata, abogada de Legálitas, no está prohibido por la Ley de Puertos vivir en un barco, pero hay que cumplir con ciertos requisitos establecidos por la Autoridad Portuaria. Para empadronarse, es necesario obtener un documento que acredite que se está viviendo en el barco, lo que se convierte en un obstáculo, especialmente en Las Palmas, donde la Autoridad Portuaria ha prohibido esta práctica desde 2019.
Prohibiciones y Desalojos
La dirección de la Marina ha justificado esta prohibición diciendo que los puertos deportivos no están diseñados para un uso residencial permanente. Los barcos que permanecen amarrados durante mucho tiempo pueden afectar la seguridad y la explotación de las instalaciones. Desde 2019, se ha erradicado el alquiler de barcos a través de plataformas como Airbnb, lo que ha generado aún más tensión entre los residentes.
A pesar de esto, Nin ha logrado defender su derecho a vivir en su velero. Después de un intento de desalojo, donde se alegó que su barco era más grande de lo permitido, ganó el juicio y pudo regresar a su lugar de amarre, continuando pagando 150 euros al mes. Según él, el verdadero problema radica en que la dirección de la Marina tiene la intención de convertir el área en un centro comercial, dejando de lado las necesidades de los residentes.
La Comunidad en el Mar
En la actualidad, se estima que hay 259 personas empadronadas en la Dársena de Embarcaciones Menores, aunque las autoridades municipales admiten que estos datos son anteriores a la prohibición de 2019. Muchos de estos residentes afirman que sus barcos no son chabolas; son embarcaciones que se mantienen en buen estado y que navegan de vez en cuando. Rafael destaca que, a pesar de las dificultades, la vida en el barco le ha traído una buena vecindad y camaradería, algo que no siempre se encuentra en un apartamento.
Hola, me llamo Miguel Ángel Torres. Como periodista especializado en Tecnología, Seguridad y Entretenimiento para Versi, me esfuerzo por estar siempre al tanto de las últimas innovaciones y cómo estas impactan nuestra seguridad y diversión. Me fascina explorar y explicar la interacción entre la tecnología avanzada, las medidas de seguridad y el mundo del entretenimiento, siempre buscando historias que sean tanto informativas como cautivadoras.