Cierre de Restaurante en Granada tras Nueva Investigación sobre Presunto Fraude de Criptomonedas de ‘Luis Criptospain’
La Castellana: Un Restaurante en el Ojo de la Tormenta Cripto
Un Llamado Sorpresivo
En el corazón de Granada, el restaurante La Castellana ha sido uno de los afectados por un escándalo de estafa piramidal relacionado con criptomonedas. David Lozano, quien dirige el establecimiento, recibió una llamada inesperada el último domingo de septiembre. La voz al otro lado de la línea era de Javier P. I., quien le informó de manera contundente: “Mañana no vengáis a trabajar porque estáis cerrados”. Esta noticia dejó a Lozano y a su equipo en un estado de shock.
La Relación con Luis Criptospain
Javier P. I. es una figura clave en la red de empresas que Álvaro Romillo, conocido como Luis Criptospain, había establecido en varias ciudades, incluyendo Granada. Romillo está bajo investigación por la Audiencia Nacional debido a un presunto fraude relacionado con criptomonedas. Lozano, que había estado trabajando con esta organización, no pudo replicar mucho en esa llamada que cambió su vida laboral.
Desde ese momento, él y sus doce compañeros de trabajo se encontraron en una situación completamente inusual. Aunque no recibieron cartas de despido, se dieron cuenta de que sus jefes los habían abandonado. A pesar de que los suministros dejaron de llegar, decidieron abrir el restaurante todos los días. Al principio, todavía podían ofrecer algunos platos, pero en cuestión de días, solo podían servir agua.
La Visita de Luis Criptospain
Poco tiempo después de que Lozano asumiera la gestión del restaurante, Luis Criptospain visitó el establecimiento para desayunar. Durante esa visita, él y su equipo se presentaron como un grupo de inversión. Lozano conocía a dos de los miembros del grupo, Juanjo y Yolanda, quienes habían gestionado la compra del restaurante. Sin embargo, no conectaron la visita con el nombre de Álvaro Romillo, ya que en ese momento no tenían conocimiento completo de su historial.
En los primeros días, La Castellana se integró en la estructura de empresas asociadas al criptofraude. Borja Lara, otro miembro del equipo, había prometido que sería de total confianza. Sin embargo, Lozano y su equipo asumieron la gestión diaria del restaurante, mientras que Javier P. I. aparecía ocasionalmente.
La Abandono y la Decisión de Denunciar
Con el tiempo, Lozano comenzó a sentir que sus jefes se habían despreocupado por completo de ellos. La situación se volvió insostenible, y, junto con sus compañeros, decidieron llevar su caso a la inspección de Trabajo. Tras varias reuniones y una visita al restaurante, el organismo decidió declarar la extinción del contrato de los empleados debido al abandono por parte de la empresa. Esto les permitió dejar de asistir a su puesto de trabajo y ejercer sus derechos laborales, incluyendo el acceso al desempleo.
Impacto en la Comunidad Laboral
El grupo empresarial de Álvaro Romillo había proporcionado empleo a cerca de 60 personas en Granada, operando varios restaurantes y un hotel. Sin embargo, La Castellana enfrentaba un desafío significativo debido a sus altos costos de alquiler, que rondaban los 15,000 euros mensuales. Lozano estimaba que para cubrir todos los gastos, el restaurante necesitaba generar al menos 70,000 euros al mes.
A pesar de las dificultades, el equipo de La Castellana había recibido sus salarios puntualmente, lo que les daba una falsa sensación de seguridad. Sin embargo, la situación cambió drásticamente con el cierre repentino.
La Reacción de Otros Negocios
Mientras tanto, otros negocios vinculados a la red de Criptospain en Granada continuaban operando con aparente normalidad. Antonio, el jefe de sala de otro restaurante, expresó su preocupación por la situación. Estaba en contacto con abogados y sindicatos para evaluar sus opciones y cómo proceder en el futuro.
La Extensión del Problema
La situación en Granada podría extenderse a otras ciudades, como Málaga, donde Criptospain también tiene una presencia significativa. Con varios negocios en funcionamiento, la incertidumbre se cierne sobre la estabilidad laboral de muchos empleados. La comunidad está en alerta, y muchos esperan que la situación se resuelva de manera justa.
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