Brasil busca una alianza global para combatir el hambre y la pobreza en el G-20
La Lucha Global Contra el Hambre: La Visión de Brasil
Prioridades de Lula en el G-20
En la cumbre del G-20 en Río de Janeiro, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha centrado su agenda en la lucha contra el hambre y la pobreza. Este evento, programado para el 18 y 19, es una plataforma esencial para que Brasil promueva una alianza global para abordar estos problemas críticos que afectan a millones de personas en el mundo.
La Realidad del Hambre en el Mundo
Según informes de la ONU, hay aproximadamente 722 millones de personas que sufren hambre globalmente, de las cuales ocho millones son brasileños. Esta situación se ha agravado por la pandemia de coronavirus, que ha dejado a muchas familias en condiciones precarias. Lula ha señalado que el verdadero problema no es la escasez de alimentos, sino la falta de recursos económicos que impide a las personas acceder a los alimentos necesarios para su subsistencia.
Logros y Desafíos en Brasil
Brasil ha logrado avances significativos en la reducción de la desnutrición crónica, un hito hacia la erradicación del hambre. Sin embargo, enfrenta desafíos considerables. La FAO ha confirmado que Brasil ha alcanzado un punto de inflexión en su lucha contra el hambre, lo que ha permitido mejoras en la seguridad alimentaria a nivel regional.
La Estrategia de Lula
Lula ha enfatizado la importancia de devolver el tema del hambre al debate internacional, con la meta de 2030 en mente, año en el que se espera erradicar el hambre en el mundo. Su propuesta al G-20 incluye la creación de una caja de herramientas donde los países puedan compartir sus mejores prácticas para combatir el hambre, adaptándolas a sus circunstancias.
Impacto de la Administración Anterior
La administración de Jair Bolsonaro tuvo un impacto negativo en los esfuerzos de Brasil para combatir la inseguridad alimentaria. Durante su mandato, se desmantelaron varios programas importantes implementados por el Partido de los Trabajadores. Sin embargo, Lula ha tomado medidas para restaurar estos programas y organismos, intentando revertir el daño causado.
Historias de Familias Afectadas
La situación de muchas familias en Brasil ilustra la gravedad del problema. Por ejemplo, la familia de doña Zélia depende en gran medida de la ayuda de su nieta mayor, Jamile, de 15 años. Esta familia, como muchas otras, ha sido golpeada por la falta de apoyo gubernamental y la eliminación de las compras públicas que antes garantizaban ingresos.
El Programa Nacional de Alimentación Escolar
El Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE) sigue funcionando, aunque con una drástica reducción en su presupuesto. Este programa es crucial para muchas familias, ya que proporciona alimentos a estudiantes de escuelas públicas, incluidos aquellos de comunidades históricamente marginadas, como los quilombos.
La Conciencia de los Derechos
A medida que los brasileños comienzan a salir de la pobreza, son cada vez más conscientes de sus derechos. Esta nueva conciencia es fundamental en la lucha contra el hambre, ya que las familias exigen mejores condiciones de vida y acceso a alimentos adecuados.
La Visión de un Futuro Sin Hambre
La visión de Lula para el futuro incluye un compromiso firme para erradicar el hambre y asegurar la nutrición adecuada para todos los brasileños. A través de su liderazgo en el G-20, espera que Brasil no solo comparta sus logros, sino que también inspire a otros países a unirse en esta lucha global.
La Importancia de la Colaboración Internacional
La colaboración internacional es esencial para abordar el hambre en el mundo. La propuesta de Lula busca crear una red de apoyo entre naciones, donde se intercambien conocimientos y recursos. Esto beneficiará no solo a Brasil, sino que también tendrá un impacto positivo en otros países que enfrentan desafíos similares.