Niños afectados por bombardeo esperan un riñón

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La Espera de un Trasplante en Tiempos de Guerra

La Realidad de Oksana y Solomiya

En medio de la guerra en Ucrania, la vida de Oksana Fomeniuk ha cambiado drásticamente. Desde que comenzó el conflicto, su única certeza era que su hija, Solomiya, recibía atención médica en un lugar seguro. Durante casi tres años, madre e hija se habían refugiado en el hospital Ojmatdit, donde Solomiya, de 16 años, recibía hemodiálisis debido a una insuficiencia renal crónica. Sin embargo, la tranquilidad de Oksana se desvaneció el 8 de julio de 2024, cuando un misil ruso impactó el hospital, poniendo en peligro no solo la vida de su hija, sino también la de otros niños que dependían del servicio de nefrología.

El Ataque al Hospital Ojmatdit

El ataque al hospital Ojmatdit fue devastador. Dos personas perdieron la vida, incluyendo a una doctora, y al menos dieciocho más resultaron heridas. Este centro de salud, crucial para el tratamiento pediátrico en Ucrania, se convirtió en el epicentro del miedo y la incertidumbre. Solomiya, junto a otros siete niños que también recibían hemodiálisis, fue evacuada, pero no sin antes vivir momentos de angustia extrema. Las imágenes de los niños, desorientados y ensangrentados, recorrieron el mundo, evidenciando la crueldad del conflicto.

La Falta de Recursos y Atención Médica

A medida que pasaron las semanas después del ataque, la situación se tornó más crítica. Los padres de los niños enfermos temían por la vida de sus hijos, ya que el servicio de nefrología no se había restablecido. La incertidumbre reinaba, y los rumores sobre la falta de reconstrucción del hospital aumentaban. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha documentado miles de ataques a instalaciones médicas en Ucrania, lo que ha llevado a un deterioro alarmante del sistema de salud.

Impacto en la Salud Infantil

María Ionova, diputada del Parlamento y defensora de los derechos de los niños, destacó que el hospital Ojmatdit atendía a aproximadamente 25,000 niños al año, realizando más de 200,000 consultas y 12,000 cirugías. La pérdida de este servicio ha dejado a muchos niños, como Solomiya, en una situación crítica. La falta de un lugar especializado para recibir hemodiálisis pone en riesgo sus vidas, ya que dependen de este tratamiento para sobrevivir.

La Experiencia de Solomiya

Solomiya, quien ha enfrentado complicaciones de salud desde su nacimiento, se encontraba en medio de una sesión de hemodiálisis cuando el ataque ocurrió. Su madre recuerda cómo los médicos tuvieron que actuar rápidamente para proteger a los niños. La angustia de Oksana se intensificó cuando vio el cuerpo sin vida de una doctora, mientras se preguntaba si su hija había sobrevivido. Afortunadamente, todos los niños fueron evacuados sin lesiones graves, pero la experiencia dejó una marca indeleble en sus vidas.

Desafíos en el Nuevo Hospital

Tras el ataque, Solomiya y otros niños fueron trasladados a un nuevo hospital, pero la calidad de la atención no era la misma. La falta de personal especializado y recursos médicos adecuados ha hecho que el tratamiento que reciben sea inferior al que tenían en Ojmatdit. La ausencia de las dos especialistas en nefrología ha complicado aún más la situación, ya que uno de los médicos falleció y el otro se encuentra gravemente herido.

La Realidad de los Medicamentos

La crisis de salud en Ucrania no solo se limita a la falta de atención médica, sino que también hay problemas con el acceso a medicamentos. La OMS ha señalado que una gran parte de la población no tiene acceso a médicos de familia, lo que agrava la situación de los pacientes. Oksana ha enfrentado dificultades para conseguir los medicamentos necesarios para su hija, a menudo dependiendo de donaciones para cubrir sus necesidades.

La Esperanza de la Reconstrucción

Mientras tanto, la reconstrucción del hospital Ojmatdit se ha vuelto un proceso complicado. Aunque se han recaudado fondos significativos para la restauración, la burocracia y los problemas administrativos han retrasado el avance. La diputada Ionova ha señalado que el hospital actualmente opera al 60-70% de su capacidad, lo que limita la atención que pueden ofrecer a los niños que lo necesitan.

La Desesperación de los Padres

Los padres, como Oksana, están desesperados por respuestas claras sobre el futuro de sus hijos. La posibilidad de que el área de toxicología no se reabra y se convierta en un servicio ambulatorio diurno ha generado preocupación. Para familias como la de Solomiya, que viven a cientos de kilómetros de Kiev, la falta de un lugar donde quedarse para recibir tratamiento es un obstáculo insuperable.

La Inseguridad y el Futuro

La experiencia de Oksana y Solomiya refleja la inseguridad que muchos ucranianos sienten en estos tiempos de guerra. La madre ha expresado que, aunque cada día tratan de avanzar, saben que no hay lugar seguro. La guerra ha cambiado su vida y la de muchos otros, dejando cicatrices que tardarán en sanar.

Lucía Ramírez

Soy Lucía Ramírez, reportera enfocada en Economía Global, Medio Ambiente y Bienestar. He viajado por el mundo analizando cómo las tendencias económicas afectan a diferentes culturas y ecosistemas. Mi trabajo en Versi busca dar voz a las historias menos contadas, aquellas donde la economía y el medio ambiente se encuentran con el bienestar humano, ofreciendo una visión global que conecta estos aspectos vitales de nuestra vida cotidiana.

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