Cristianos en Líbano celebran la llegada del ejército para frenar a Hezbolá en el sur

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Celebración en Qlayaa: La llegada del ejército libanés

Un nuevo amanecer para Qlayaa

En la pequeña localidad de Qlayaa, situada a solo cuatro kilómetros de la frontera con Israel, se vive un momento de esperanza. Tras semanas de conflicto, los habitantes se sienten aliviados con la llegada de las tropas del ejército libanés. Este despliegue busca controlar a Hezbolá, un grupo militante que ha causado inquietud en la región. Los vecinos, en su mayoría maronitas, han salido a las calles a celebrar, lanzando arroz y pétalos de flores a los soldados que pasan en sus vehículos blindados.

La situación previa al alto el fuego

Durante más de dos meses, Qlayaa había estado en una situación precaria, rodeada de localidades chiíes devastadas por el conflicto. La comunidad se sentía aislada, como una isla en medio de un mar de tensión. El cura Pierre Al Rahi, líder espiritual de la comunidad, ha estado presente en momentos clave: el inicio del conflicto y la llegada del alto el fuego.

Con la reciente tregua, se espera que las tropas israelíes se retiren gradualmente del sur de Líbano. Este acuerdo permitirá que aproximadamente 10,000 soldados libaneses tomen el control de la zona, garantizando que Hezbolá no pueda operar allí. Esto incluye la prohibición de la presencia de milicianos, armas y talleres de fabricación de armamento.

La celebración de la comunidad

En el primer día de la tregua, los residentes de Qlayaa se unieron para dar la bienvenida a las fuerzas armadas. Al ver los vehículos militares pasar, la gente salió a las calles con alegría, gritando lemas como “Solo queremos ver al ejército libanés”. Este sentimiento de unidad se siente profundamente entre los habitantes, quienes desean que la paz regrese a su hogar.

La comunidad de Qlayaa, considerada uno de los últimos bastiones de la cristiandad en la región, ha expresado su deseo de que el ejército libanés asuma el control total. La idea de un solo ejército en el país resuena con fuerza entre los ciudadanos. El cura Al Rahi ha enfatizado que no puede haber un ejército y, al mismo tiempo, un grupo armado operando de manera independiente.

La realidad en Marjayún

A poca distancia se encuentra Marjayún, otra localidad de mayoría cristiana que ha sufrido más que Qlayaa durante este conflicto. La presencia de la base Miguel de Cervantes, parte de la misión de la ONU, ha influido en la dinámica de la región. Sin embargo, la comunidad de Marjayún ha pagado un alto precio, con cuatro vecinos que han perdido la vida debido a bombardeos israelíes.

Los residentes de Marjayún culpan a Hezbolá por haberse infiltrado en sus comunidades, lo que ha llevado a la violencia. La llegada de los soldados libaneses también ha sido recibida con alivio en esta localidad, donde los ciudadanos esperan que la situación mejore.

Sentimientos de esperanza

Entre los habitantes de Qlayaa, el sentimiento predominante es el de esperanza. Un vecino llamado Tony compartió su alivio al ver la presencia del ejército. Nos tranquiliza verlos, nos da confianza, dijo mientras miraba un pequeño comercio que aún permanece abierto entre muchos otros cerrados. La comunidad está ansiosa por recuperar la normalidad y espera que las fuerzas armadas cumplan su misión de proteger a los ciudadanos.

Tony subrayó que esta no es una guerra que le pertenece a Líbano, sino un conflicto que involucra a Irán e Israel. Esta percepción es común entre los residentes, quienes desean que su país no se vea atrapado en un conflicto ajeno.

El papel del ejército libanés

El despliegue del ejército libanés no solo representa una nueva etapa para Qlayaa, sino que también es un símbolo de la lucha por la soberanía y la paz en la región. La comunidad espera que la presencia de las fuerzas armadas les brinde la seguridad que tanto anhelan. La tarea de los soldados es complicada, ya que deben mantener a raya a Hezbolá y asegurar que no haya reagrupamientos en la zona.

La llegada del ejército ha sido un alivio para muchos, quienes sienten que finalmente tienen el apoyo necesario para enfrentar la amenaza de la violencia. La comunidad ha expresado su deseo de que esta situación no se repita y que el ejército cumpla con su deber de proteger a los ciudadanos.

La vida cotidiana en Qlayaa

A pesar de la celebración, la vida en Qlayaa sigue marcada por las cicatrices del conflicto. Muchos comercios permanecen cerrados y la economía local ha sufrido. Sin embargo, la llegada del ejército ha traído un rayo de esperanza. Los residentes están deseosos de retomar sus vidas y reconstruir lo que se ha perdido.

La comunidad maronita en Qlayaa se siente unida en su deseo de paz. Con el apoyo del ejército, confían en que podrán recuperar la tranquilidad y la normalidad. La vida en la localidad, aunque aún llena de incertidumbres, comienza a vislumbrar un futuro más brillante.

El futuro de Qlayaa

El futuro de Qlayaa depende en gran medida de la capacidad del ejército libanés para cumplir con su misión. La comunidad está atenta a los movimientos de las tropas y espera que se mantenga la paz en la región. La esperanza de un nuevo comienzo es palpable entre los residentes, quienes desean que su hogar vuelva a ser un lugar seguro.

A medida que el ejército se establece en la zona, los ciudadanos continúan mostrando su apoyo. La unidad entre los habitantes es fuerte, y su deseo de vivir en paz es aún más fuerte. La llegada de las tropas es vista como un paso positivo hacia la estabilidad y la seguridad que tanto anhelan.

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