China lidera la revolución de vehículos eléctricos ante desafíos comerciales globales

El Futuro Eléctrico del Transporte en China

La Revolución de los Vehículos Eléctricos

En el vasto territorio de China, el avance hacia un futuro eléctrico en el transporte es innegable. Las grandes ciudades, como Pekín, han dejado atrás las dudas sobre la adopción de vehículos eléctricos (VE). Ahora, los ciudadanos se preguntan no si deben optar por un VE, sino qué marca y modelo se ajustan mejor a sus necesidades. La transición hacia vehículos de energías limpias es palpable, con más de la mitad de los vehículos eléctricos en el mundo circulando por las carreteras chinas en 2023, según un informe de la Organización Internacional de la Energía (OIE).

Impacto de las Restricciones Comerciales

En medio de esta transformación, Pekín ha aprovechado la reciente cumbre climática para debatir sobre las restricciones comerciales que afectan sus exportaciones de vehículos eléctricos. A pesar de presentarse como un líder en innovación, muchos gobiernos han comenzado a imponer tarifas a los coches eléctricos chinos, lo que ha llevado a la nación a denunciar estas medidas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Desde finales de octubre, los vehículos de origen chino enfrentan aranceles de hasta el 35,3% al ingresar a la Unión Europea. La delegación china ha solicitado que se incluyan en la agenda de la COP29 las “medidas restrictivas unilaterales” que, según ellos, tienen efectos adversos desproporcionados para los países en desarrollo.

Instalaciones de Carga y Crecimiento de la Flota

Hasta septiembre de 2023, China contaba con más de 11 millones de instalaciones para cargar vehículos eléctricos, lo que se traduce en una proporción de 2,46 coches por cada estación de carga, según la Administración Nacional de Energía. Shanghái se posiciona como la ciudad con más vehículos eléctricos del mundo, con más de 1,2 millones, representando casi el 20% de la flota total de la megalópolis. Otras ciudades notables incluyen Shenzhen, que cuenta con un millón de vehículos eléctricos, y Pekín, con 900,000.

Para poner esto en perspectiva, al final de 2023, España había registrado 466,178 coches enchufables, según la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive). La OIE estima que en 2024, China venderá 10 millones de vehículos eléctricos, lo que representaría un aumento significativo en comparación con el año anterior, alcanzando el 45% de todas las compras de automóviles en el país. En contraste, se espera que en Europa uno de cada cuatro coches vendidos sea eléctrico, mientras que en EE. UU. la proporción será de uno de cada nueve.

Desafíos de la Electrificación

A pesar de estos avances, la electrificación total de un país tan extenso y poblado como China, que cuenta con más de 1,400 millones de habitantes, enfrenta desafíos significativos. En julio de 2023, los vehículos eléctricos representaban solo el 7% de los 345 millones de coches privados en circulación, según informes de la agencia de noticias Xinhua.

Taxis y Transporte Público

En Pekín, el 77% de la flota de taxis y vehículos de plataformas de transporte son eléctricos, y este porcentaje se eleva al 94.7% en el caso de los autobuses. El gobierno central ha establecido un objetivo ambicioso: que todo el transporte público del país sea eléctrico para 2035. Este compromiso refleja la importancia que China otorga a la transición hacia un futuro más sostenible.

Inversión en Energías Renovables

China se ha convertido en el país que más invierte en energías renovables, y la industria de los coches eléctricos es fundamental para alcanzar sus objetivos ambientales. La nación busca llegar al pico de emisiones de dióxido de carbono (CO₂) para 2030 y lograr la neutralidad de carbono antes de 2060. Sin embargo, enfrenta una contradicción significativa, ya que su alta dependencia del carbón la convierte en el mayor emisor de CO₂ en términos absolutos.

Mejora de la Calidad del Aire

La calidad del aire en Pekín ha mejorado notablemente en comparación con hace una década, cuando los inviernos se caracterizaban por una densa capa de smog. Sin embargo, aún persisten días de contaminación alarmante, lo que resalta la necesidad de continuar con los esfuerzos para reducir las emisiones y mejorar la salud pública en esta metrópolis de 22 millones de habitantes.

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