Putin aprueba nueva doctrina nuclear que permite respuesta con armas atómicas ante ataques convencionales
La Nueva Doctrina Nuclear de Rusia: Implicaciones y Contexto
Un Cambio en la Estrategia Nuclear
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha firmado un decreto que modifica la doctrina nuclear del Kremlin. Este nuevo enfoque, en preparación desde septiembre, se hace oficial en un momento crucial, coincidiendo con la autorización de la Casa Blanca para que Ucrania utilice misiles estadounidenses de largo alcance contra objetivos en territorio ruso. Esta acción ha llevado a Moscú a repensar sus estrategias y declarar que las armas nucleares pueden ser utilizadas en nuevas circunstancias.
Nuevos Escenarios de Uso de Armas Nucleares
Tradicionalmente, la doctrina nuclear de Rusia consideraba las armas atómicas como el último recurso en un conflicto. Sin embargo, la nueva versión amplía este concepto. Ahora, además de la “amenaza a la existencia del Estado”, se incluye la “amenaza crítica a la soberanía y/o integridad territorial”. Esto significa que cualquier desafío significativo a la autoridad del país podría justificar el uso de armas nucleares.
La Guerra en Ucrania y la Percepción de Amenazas
El Kremlin ha adaptado su doctrina para reflejar la situación actual en Ucrania. En este contexto, Estados Unidos y la Unión Europea son vistos como adversarios. La doctrina establece que la disuasión nuclear podría ser empleada no solo contra naciones nucleares, sino también contra aquellas que, aunque no las tengan, representen un riesgo considerable para la soberanía rusa. Este enfoque crea un ambiente de tensión, donde cualquier agresión hacia Rusia, incluso por parte de aliados de naciones nucleares, podría interpretarse como un ataque conjunto.
Implicaciones de la Nueva Doctrina
El punto 11 del nuevo documento enfatiza que la agresión hacia Rusia y sus aliados por parte de cualquier Estado, incluso si no cuenta con armas nucleares, será considerada un ataque conjunto si recibe el respaldo de una nación nuclear. Esto sugiere que el Kremlin está dispuesto a considerar cualquier acción en su contra como una violación grave que podría desencadenar una respuesta nuclear.
Además, el Kremlin ha reiterado, en el punto 10, que cualquier acción militar por parte de una coalición contra Rusia será vista como un ataque de esa coalición en su totalidad. Aunque el documento no menciona específicamente a ningún país o bloque, su redacción parece alinearse con la percepción de la OTAN como un enemigo potencial.
Amenazas Múltiples y Justificación del Uso Nuclear
La nueva doctrina no solo se centra en la presencia de armas nucleares, sino que también considera otras amenazas, como los sistemas de defensa antimisiles y las armas convencionales de alta precisión. También se incluyen las agrupaciones militares que podrían portar armas nucleares. Esta ampliación sugiere que el Kremlin busca justificar una respuesta nuclear en un rango más amplio de situaciones.
La Alianza con Bielorrusia
Otro aspecto relevante de la nueva doctrina es la inclusión de Bielorrusia como parte del marco nuclear ruso. Putin y el régimen de Aleksandr Lukashenko han acordado desplegar armas nucleares en este país vecino en 2023. Esta decisión refuerza la idea de que Rusia busca consolidar su influencia en la región y establecer una postura más agresiva en su política exterior.
La Amenaza Nuclear como Estrategia de Disuasión
Desde el inicio de la ofensiva sobre Kiev en febrero de 2022, el Kremlin ha utilizado la amenaza de una guerra nuclear como herramienta para sembrar la duda en Occidente sobre el apoyo militar a Ucrania. La reciente firma del decreto por parte de Putin se suma a una serie de acciones destinadas a alimentar el pánico nuclear tanto dentro como fuera de las fronteras rusas.
Producción de Refugios Antinucleares
En una jugada adicional para intensificar el miedo al uso de armas nucleares, el Instituto Panruso de Investigación para la Defensa Civil y Situaciones de Emergencia, bajo control del Kremlin, anunció el inicio de la producción masiva de un refugio portátil llamado Kub-M. Este búnker, que puede albergar a 54 personas, está diseñado para proteger contra la radiación de una explosión nuclear y la posterior contaminación radiactiva. Esta iniciativa refleja la creciente preocupación del Kremlin por la posibilidad de un conflicto nuclear y su deseo de estar preparado para cualquier eventualidad.