Biden intenta proteger su política exterior ante la llegada de Trump
La Última Jugada de Biden en Política Exterior
La Carrera Contra el Tiempo
A medida que se aproxima el 20 de enero, fecha en la que Donald Trump asumirá nuevamente la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden se encuentra en una carrera contra el tiempo para proteger su legado en política exterior. Este legado busca consolidar una primera potencia internacional comprometida con el orden multilateral, en riesgo ante la inminente llegada de una administración que promete desmantelar muchos de sus logros.
Biden, consciente de su situación como un pato cojo, intenta utilizar foros internacionales como el G-20 y la APEC para salvaguardar la ayuda a Ucrania y la red de alianzas construidas. Este esfuerzo es crucial, ya que Trump ha demostrado una visión más mercantilista de las relaciones internacionales, lo que podría tener graves repercusiones para la política exterior estadounidense.
La Estrategia de Biden
El presidente Biden ha decidido intensificar sus esfuerzos diplomáticos antes de que su sucesor tome las riendas. En un movimiento significativo, ha autorizado a Ucrania a utilizar armas de largo alcance estadounidenses para atacar objetivos dentro de Rusia, lo que representa un cambio notable en su política. Esta decisión refleja su deseo de dejar a Ucrania en una posición fuerte tanto en el campo de batalla como en la mesa de negociaciones.
En sus encuentros recientes, Biden ha enfatizado la importancia de que Ucrania se mantenga fuerte durante la transición de poder. Según su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, ayudar a Ucrania es un interés vital para Estados Unidos. Esto se traduce en un compromiso de continuar apoyando a Kiev con los recursos necesarios, incluso ante la incertidumbre sobre si la administración republicana mantendrá este apoyo.
La Respuesta Internacional
El panorama internacional también ha comenzado a cambiar. Líderes de países aliados, como Emmanuel Macron de Francia y Volodímir Zelenski de Ucrania, han sido rápidos en felicitar a Trump, sugiriendo que muchos en el ámbito global ya están ajustando sus expectativas y estrategias ante un posible cambio en la política estadounidense.
A pesar de ser un presidente saliente, Biden está decidido a reforzar sus alianzas. Recientemente, se reunió con los líderes de Corea del Sur y Japón para establecer un secretariado que consolide la cooperación trilateral, buscando fortalecer la seguridad en la región asiática y evitar que Trump desmantelara estas relaciones.
Desafíos en el Horizonte
Uno de los grandes temas que ocupa a la administración Biden es la ofensiva rusa en Ucrania. Con más de 200,000 millones de dólares en apoyo a Kiev desde el inicio del conflicto, la situación se ha estancado. La semana pasada, el secretario de Estado, Antony Blinken, viajó a Bruselas para discutir con los aliados sobre el estado de la guerra, buscando una respuesta coordinada a la crisis.
Biden ha dejado claro que es fundamental que Ucrania se mantenga en una posición fuerte para negociar desde una postura de poder. Sin embargo, la situación es complicada, ya que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha mostrado resistencia considerable a los esfuerzos de Biden para alcanzar un alto el fuego en Gaza, reflejando las limitaciones del poder de influencia de Biden en el escenario internacional.
La Dinámica en Gaza
La situación en Gaza es otro punto crítico para la administración Biden. A pesar de los esfuerzos por presionar a Israel, los resultados han sido limitados. Biden se reunió con el presidente israelí, Isaac Herzog, en un intento de lograr un acuerdo de alto el fuego, pero las tensiones continúan. La falta de progreso en este frente ha llevado a cuestionar la efectividad de la política exterior de Biden.
El enfoque de la administración ha sido presionar a Israel con amenazas que, en muchos casos, no se han materializado. Después de un ultimátum para aumentar la ayuda humanitaria en Gaza, el Departamento de Estado decidió que Israel no estaba bloqueando dicha ayuda, lo que generó críticas sobre la falta de acción efectiva.
Mirando Hacia el Futuro
Biden no solo se enfrenta a desafíos en Europa y el Medio Oriente, sino que también está centrando su atención en Asia. Durante las cumbres del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Perú y del G-20 en Brasil, Biden buscó estabilizar las relaciones con China, un actor clave en el escenario internacional. La relación entre ambas naciones es compleja, con un comercio que asciende a 758,000 millones de dólares anuales.
En su reunión con el presidente chino, Xi Jinping, Biden intentó asegurar que la relación entre ambas potencias se mantuviera en un camino constructivo. Sin embargo, la amenaza de Trump de retirar a Estados Unidos de acuerdos económicos como el IPEF (Marco Económico para la Prosperidad en Indo-Pacífico) plantea un futuro incierto para las alianzas en la región.