Elecciones en Estados Unidos generan temor a la violencia y divisiones profundas en el país
La Polarización en Estados Unidos: Un País en Tensión
Las elecciones de Estados Unidos han dejado una nación fragmentada y con un temor a la violencia. La atmósfera en el país es tensa, marcada por una profunda división política alimentada por una campaña presidencial llena de ataques personales y descalificaciones. Esta situación ha dejado heridas que no sanarán fácilmente, sin importar quién ocupe finalmente la Casa Blanca, ya sea Donald Trump o Kamala Harris. El actual presidente, Joe Biden, es consciente de esta realidad. A pesar de haber llegado al cargo con la intención de unir al país y dejar atrás el trumpismo, su mandato se cierra con una nación tan polarizada como al inicio.
Las Estrategias de los Candidatos
Los enfoques de los dos principales candidatos han sido notablemente diferentes, especialmente en las etapas finales de la campaña. Kamala Harris ha buscado atraer a votantes independientes y republicanos moderados, prometiendo ser “una presidenta para todos los estadounidenses”. Además, ha expresado que no ve a sus oponentes políticos como enemigos y que, de ser elegida, les ofrecería un lugar en su administración.
Por otro lado, Donald Trump ha mantenido su retórica agresiva, caracterizada por un enfoque violento y xenófobo. En sus discursos, ha pintado un retrato sombrío de un país “destruido” y al borde de una crisis económica. Continúa insistiendo en que los “inmigrantes criminales” son una amenaza y presenta a sus rivales como un “enemigo interno” más peligroso que cualquier amenaza externa. Su discurso ha ido escalando en intensidad, lleno de insultos y provocaciones directas, incluso mencionando rifles apuntando a figuras republicanas como Liz Cheney y sugiriendo desprecio por la seguridad de los periodistas.
Preocupaciones por la Violencia Postelectoral
El miedo a que estalle la violencia tras las elecciones es palpable. En Washington, se han instalado vallas de seguridad alrededor de lugares estratégicos como el Observatorio Naval, residencia oficial de la vicepresidenta, y el Capitolio. Los centros de votación también han tomado medidas adicionales para garantizar la seguridad. Muchos comerciantes han optado por proteger sus escaparates con tablones de madera en anticipación a posibles disturbios.
Una reciente encuesta de AP/NORC indica que un 42% de los votantes registrados están muy preocupados por la posibilidad de que se intente revertir los resultados electorales mediante la violencia, mientras que un 34% se muestra algo preocupado. Además, un 67% de los votantes tiene al menos alguna inquietud sobre la posibilidad de que los funcionarios electorales intenten bloquear la certificación de los resultados. De este grupo, un tercio se siente muy o extremadamente preocupado. Asimismo, el 73% está algo inquieto por los intentos de anular los resultados a través del sistema legal, con un 38% que se siente muy o extremadamente preocupado.
Preparativos del Gobierno
Kamala Harris, en una reciente declaración, aseguró que el gobierno está preparado para enfrentar cualquier intento de declarar victoria antes de que se complete el escrutinio. Ella enfatizó que cuentan con los recursos y la experiencia necesarios para manejar la situación durante la noche electoral y los días posteriores.
El Sistema Electoral y la Participación
El sistema electoral estadounidense, que presenta una serie de normas diferentes en cada estado, ha llevado a que se formen largas filas en los centros de votación. A pesar de que muchos estadounidenses han optado por el voto anticipado, con más de 85 millones de personas que ya han votado en persona o cuyo voto por correo ha sido recibido, la jornada electoral sigue siendo intensa.
Estas elecciones son cruciales, ya que se renuevan los 435 miembros de la Cámara de Representantes y un tercio de los 100 senadores que están en su ciclo de seis años. Los republicanos están en una posición favorable para obtener el control del Senado, mientras que los demócratas buscan mantener la Cámara Baja. Un Congreso dividido, con cada partido controlando una cámara, podría complicar la gobernabilidad y provocar una parálisis legislativa. Además, el conteo de votos, especialmente en la Cámara de Representantes, podría demorarse incluso más que el de las elecciones presidenciales, posiblemente extendiéndose durante semanas.