Cuba lucha por recuperarse tras un apagón nacional y la tormenta que dejó seis muertos

Cuba se enfrenta a desafíos tras un apagón y una tormenta devastadora

La situación en Cuba tras el huracán Oscar

En una pequeña localidad del este de Cuba, la comunidad intenta recuperarse de las graves inundaciones provocadas por el huracán Oscar, que tocó tierra como tormenta tropical. Este fenómeno natural ha dejado al menos seis víctimas fatales y ha causado estragos en la vida diaria de sus habitantes. La tormenta trajo consigo fuertes lluvias y vientos, que impactaron severamente la infraestructura local.

Consecuencias del apagón nacional

La capital cubana, La Habana, experimentó un apagón generalizado que comenzó el jueves. A pesar de que el lunes por la noche algunas áreas recuperaron parcialmente la electricidad, la sensación de inseguridad y temor entre los ciudadanos era palpable. Este apagón generó una serie de protestas en diferentes partes del país, lo que llevó al gobierno a emitir advertencias sobre las posibles consecuencias de cualquier desorden civil.

El presidente Miguel Díaz-Canel se dirigió a la nación a través de la televisión estatal, afirmando que las labores de rescate y recuperación estaban en marcha, especialmente en el pueblo de San Antonio del Sur, donde las autoridades aún no habían accedido a algunas zonas inundadas. La situación se tornaba crítica y la desesperación se hacía evidente entre los ciudadanos.

La vida cotidiana afectada

Para Mayde Quiñones, una ama de casa de 55 años, la situación era desesperante. Ella se encargaba de cuidar a su suegra, quien era una anciana de más de 80 años. Mayde expresó que “el país se ha detenido por completo”, reflejando el sentimiento de muchos otros cubanos que se sienten atrapados en un ciclo de crisis.

La gobernanza cubana tiene una baja tolerancia hacia la disidencia civil. En su declaración, Díaz-Canel enfatizó que no se permitiría ningún tipo de vandalismo ni alteración de la tranquilidad pública. Este enfoque ha llevado a una atmósfera de miedo entre los ciudadanos, quienes se sienten obligados a callar sus preocupaciones.

Problemas energéticos persistentes

El apagón fue parte de una serie de problemas energéticos que han plagado a Cuba durante años. Este país, que ha visto las mayores protestas en casi tres décadas, enfrentó un desafío monumental en julio de 2021 debido a la escasez de electricidad. A pesar de que la energía es relativamente asequible, su disponibilidad ha disminuido drásticamente.

La televisión estatal informó que la producción eléctrica se situaba en 1300 megavatios, mientras que la demanda máxima alcanzaba los 3 gigavatios. Aunque aproximadamente el 80% de La Habana tenía electricidad intermitente, los ciudadanos mantenían un estado de alerta constante. Juan Estrada, un dueño de un pequeño negocio de 53 años, compartió su preocupación: “tenemos la nevera llena de comida y estamos asustados”, refiriéndose a la falta de energía en su negocio desde el viernes por la mañana.

Esperanzas de recuperación

El Ministro de Energía, Vicente de la O Levy, se mostró optimista en una conferencia de prensa, indicando que esperaba que la electricidad se restableciera de manera más confiable para el martes por la mañana. Sin embargo, las clases permanecerían cerradas hasta al menos el jueves, lo que refleja la gravedad de la situación.

Levy también advirtió que el huracán Oscar traería “un inconveniente adicional” a la recuperación de Cuba, afectando a plantas de energía clave como Felton en Holguín y Renté en Santiago de Cuba. Esto complicaría aún más los esfuerzos de restauración eléctrica.

La vida en las calles

Con la falta de electricidad, muchos de los 2 millones de habitantes de La Habana se vieron obligados a improvisar. Cocinar con estufas de leña en las calles se convirtió en una práctica común, ya que los alimentos en sus refrigeradores empezaban a deteriorarse. Las largas filas para comprar alimentos subsidiados se volvieron una imagen habitual, al igual que la escasez de estaciones de servicio abiertas.

La falla de la planta Antonio Guiteras, ocurrida el viernes, marcó otro capítulo en la crisis energética de Cuba. Este incidente fue solo una de las muchas dificultades que enfrenta un país donde la electricidad ha sido restringida y rotada entre diferentes regiones en distintos momentos.

Un apagón sin precedentes

Este apagón ha sido considerado el peor desde que el huracán Ian golpeó la isla como una tormenta de categoría 3 en 2022, causando daños significativos a las instalaciones eléctricas. En ese momento, el gobierno tardó días en restaurar el servicio.

Inicialmente, las autoridades atribuyeron el apagón al aumento de la demanda de pequeñas y medianas empresas y a los acondicionadores de aire en los hogares. Sin embargo, el problema se intensificó debido a las averías en las viejas plantas termoeléctricas, que no han recibido el mantenimiento adecuado, y a la falta de combustible para operar algunas instalaciones.