Historias desgarradoras de los migrantes deportados a Albania tras vivir torturas y amenazas de muerte
Historias de Migrantes: De Libia a Italia
La llegada a Italia
El 19 de octubre de 2024, un grupo de doce migrantes desembarcó en el puerto de Bari, en el sur de Italia. Estos hombres, que habían sido enviados desde un nuevo centro de procesamiento de asilo en Shengjin, Albania, llegaron con historias desgarradoras. A través de los relatos de cinco personas que tuvieron la oportunidad de hablar con ellos durante una visita de una delegación parlamentaria italiana al centro de Gjadër, se reconstruyeron sus experiencias, llenas de sufrimiento y desesperación.
La travesía desde Libia
Todos los migrantes partieron de Libia, un país que muchos describen como un verdadero infierno. La situación allí es extremadamente peligrosa, y organizaciones de derechos humanos han denunciado repetidamente abusos sistemáticos. Muchos migrantes, incluidos los de Bangladesh, llegan a Libia con la esperanza de encontrar trabajo, atraídos por falsas promesas de un futuro mejor. Sin embargo, la realidad es que muchos terminan siendo víctimas de mafias locales que los explotan.
Un migrante compartió que su viaje comenzó tras defender a su padre en una pelea. A pesar de su valentía, fue denunciado injustamente por homicidio. Otro hombre, perteneciente a una minoría hindú, relató cómo había sido objeto de amenazas de muerte debido a la persecución religiosa que sufría. Un tercer migrante, desesperado por no poder mantener a su familia enferma, llegó a expresar que si regresaba a su país, optaría por suicidarse.
La amenaza de las mafias
La influencia de las mafias en Libia es abrumadora. Los migrantes a menudo caen en manos de estas organizaciones criminales, que los secuestran y los mantienen en condiciones inhumanas. Un migrante relató que fue secuestrado al abordar un taxi y pasó cuatro meses encerrado, junto a otros, en una habitación oscura. Durante este tiempo, no recibieron comida ni agua, y muchos de ellos estaban atados.
Las familias de estos migrantes, desesperadas por salvar a sus seres queridos, a menudo se endeudan, hipotecan sus casas y hacen lo que sea necesario para reunir el dinero exigido por los captores. Si no logran enviar el dinero a tiempo, las consecuencias son terribles. Las víctimas son sometidas a torturas brutales, que incluyen golpizas con palos, descargas eléctricas y otras formas de abuso físico. En algunos casos, los captores graban estas torturas y envían los videos a las familias para presionarles a que envíen más dinero.
La lucha por la libertad
Los relatos de los migrantes revelan un ciclo de violencia y desesperación. A pesar de haber sido liberados, muchos enfrentan el riesgo de ser vendidos a otras mafias. Este ciclo de abuso es devastador y perpetúa el sufrimiento de aquellos que solo buscan una vida mejor.
Entre los deportados, se encuentra un joven egipcio que había desertado del servicio militar. Después de ser capturado y obligado a trabajar en condiciones de esclavitud, logró escapar, pero no sin llevar consigo las cicatrices físicas y emocionales de su experiencia. Él, como muchos otros, había gastado una suma considerable de dinero, equivalente a 8.500 euros, en su intento por escapar de la violencia y la opresión.
Otro egipcio compartió su historia de huida, temiendo por su vida debido a la venganza que recaería sobre él tras el asesinato de un hombre por parte de su tío. Este joven sabía que regresar a Egipto significaría su muerte.
La travesía hacia Italia
Para muchos migrantes, la única opción viable se convierte en embarcarlos hacia Italia. Este viaje, que puede costar entre 4.000 y 5.000 euros, es una apuesta arriesgada. Algunos deportados que compartieron la misma embarcación contaron que, tras un tiempo, se quedaron sin gasolina y a la deriva. La llegada de un dron fue interpretada como una señal de esperanza, ya que finalmente fueron localizados por un barco de rescate italiano.
Los migrantes expresaron su agradecimiento a Italia por haberles salvado. Tras meses de sufrimiento en Libia, el simple hecho de poder ducharse, tomar un café y fumar un cigarrillo representó un momento de calma que no habían experimentado en mucho tiempo. Algunos de ellos habían pasado hasta dos años en condiciones inhumanas en Libia.
La búsqueda de un nuevo hogar
Una vez en Italia, los migrantes se enfrentan a un nuevo conjunto de desafíos. A pesar de haber escapado de la violencia y la opresión, muchos se sienten atrapados entre la esperanza de una nueva vida y el miedo a regresar a sus países de origen. Uno de ellos mencionó que, aunque había sido rescatado, no podía regresar a su hogar, ya que su vida corría peligro.
La situación de estos migrantes es un recordatorio de la crisis humanitaria que enfrentan muchas personas en busca de una vida digna. Su travesía revela la complejidad de la migración y la lucha por la supervivencia en un mundo que a menudo parece indiferente a su sufrimiento.