La Trágica Historia de Armando Hernández: Un Estudiante en la Línea de Fuego

Introducción

El caso de Armando Hernández, un joven de solo 16 años, ha conmocionado a la comunidad de Nuevo Laredo, Tamaulipas. La historia de su muerte, ocurrida tras un incidente con el Ejército, revela una serie de eventos desafortunados y la falta de responsabilidad de las autoridades. Este reportaje busca reconstruir los hechos que llevaron a la tragedia, desde el momento en que Armando decidió ayudar a su madre hasta el impacto de su muerte en su familia.

Un Día Cualquiera

Era un día común en la vida de Armando. Con el verano en pleno apogeo y las vacaciones escolares en curso, el joven se encontraba trabajando en una frutería. Sin embargo, había decidido que quería hacer algo más. La entrada de un local cercano necesitaba limpieza y él pensó que podría ganar un poco de dinero extra. Armando le había comentado a su madre, Alma Karina Gallardo, que quería desyerbar el área.

Con su escoba, desbrozadora y rastrillo en mano, Armando salió a trabajar la tarde del 17 de agosto de 2024. Era aproximadamente las 20:30 cuando el ambiente tranquilo de la colonia Los Arcos se vio interrumpido por el sonido ensordecedor de los disparos.

El Estruendo de los Disparos

Los ecos de las balas resonaron en el vecindario, llegando hasta la casa de Alma. Alarmada, llamó a sus hijos para asegurarse de que estaban a salvo. Su hijo menor, Luis Marcelo, respondió que estaba bien, pero Armando no apareció. Pocos minutos después, Luis Marcelo volvió a llamar, esta vez con una voz temblorosa. Informó a su madre que Armando había sido herido por los soldados.

En medio del caos, el sonido de las balas continuaba. La angustia se apoderó de Alma mientras corría hacia el lugar donde su hijo había estado trabajando. Las imágenes de las cámaras de seguridad, junto con los relatos de testigos, comenzaron a reconstruir lo que había sucedido.

La Herida y la Llamada de Ayuda

Armando, al escuchar los disparos, intentó refugiarse dentro del local Servicar. Sin embargo, una bala le alcanzó, perforando su abdomen y causando una herida devastadora. Mientras se arrastraba, pidió ayuda a la mujer que estaba a cargo del local. A pesar de su estado, logró comunicarse y solicitar que llamaran a una ambulancia.

Desafortunadamente, la ayuda médica no llegó. Armando, herido pero consciente, luchaba por mantenerse vivo. Su madre llegó rápidamente al local y vio a su hijo en el suelo, con la herida presionada por la encargada del lugar. Alma se sintió impotente, viendo cómo su hijo sufría y suplicaba que no quería morir.

La Carrera Hacia el Hospital

La familia decidió llevar a Armando al hospital más cercano, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Al llegar, el personal médico les informó que no había cirujanos disponibles, ya que era sábado. La familia insistió en que Armando necesitaba atención inmediata, pero se encontraron con la burocracia del sistema de salud.

Después de una larga espera y múltiples negativas, la familia se vio obligada a buscar otro hospital. El siguiente destino fue el IMSS de la Bandera, donde la situación fue similar: no había médicos disponibles y, además, Armando no estaba registrado como derechohabiente. La frustración de Alma creció mientras luchaba por obtener atención médica para su hijo.

La Búsqueda de Atención Médica

Finalmente, la familia se dirigió al hospital privado San Gerardo. Al llegar, se les pidió una suma exorbitante de dinero para recibir atención. Alma, desesperada, reunió a su familia para conseguir los 25.000 pesos necesarios. Después de una espera angustiosa, Armando fue admitido en urgencias, donde los médicos trabajaron para estabilizarlo.

La operación fue larga y complicada. Armando había sufrido daños severos en su intestino, y el médico explicó que era crucial actuar rápidamente. A pesar de la gravedad de su situación, Alma se aferró a la esperanza de que su hijo sobreviviría.

La Larga Batalla en el Hospital

Armando pasó por dos cirugías y, aunque inicialmente parecía que estaba mejorando, su condición se deterioró. Durante su estancia en el hospital, Alma luchó no solo por la salud de su hijo, sino también por reunir el dinero necesario para cubrir los costos médicos, que superaban los 250.000 pesos.

La angustia y el estrés se apoderaron de la familia mientras enfrentaban la dura realidad de la situación. Alma trató de mover a su hijo a otro centro médico, pero le fue negado debido a la deuda acumulada. La tragedia se tornó aún más oscura cuando, finalmente, Armando falleció tras sufrir múltiples paros cardíacos.

La Búsqueda de Justicia

La muerte de Armando dejó una profunda herida en su familia. Alma, devastada, decidió presentar una denuncia ante la Fiscalía de Tamaulipas y la Fiscalía General de Justicia Militar. La familia también se dirigió a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en busca de justicia. Sin embargo, el proceso ha sido lento y frustrante.

Alma siente que no ha recibido el apoyo necesario y que las autoridades están protegiendo a los responsables. La falta de avances en la investigación ha dejado a la familia sintiéndose impotente, como si estuvieran chocando contra una pared.

La Respuesta de las Autoridades

Los peritos del Ministerio Público encontraron casquillos en la escena del crimen, lo que indica que se utilizaron armas de fuego del Ejército. A pesar de esto, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no se ha acercado a la familia para ofrecer respuestas. En cambio, enviaron agentes a investigar el lugar del ataque, pero sin el respaldo adecuado.

La familia ha solicitado información sobre los eventos de aquella noche, pero la Sedena ha respondido que no hay evidencia que sugiera que su personal estuvo involucrado en el ataque. Esta falta de transparencia y responsabilidad ha dejado a la familia sintiéndose aún más frustrada.