La guerra en Oriente Próximo transforma a Israel en un líder del nacionalismo populista extremo

La Transformación de Oriente Próximo: Un Nuevo Horizonte

Un Cambio Radical en la Región

El conflicto en Oriente Próximo ha tomado un rumbo inesperado, llevando a Israel a convertirse en un símbolo de un nacionalismo extremista que se enfrenta al islam. Este fenómeno comenzó el 7 de octubre en Israel, extendiéndose rápidamente a Gaza, que se ha transformado en un escenario de destrucción y muerte. La situación se ha vuelto aún más compleja con el aumento de la violencia en Cisjordania, donde se han registrado numerosas muertes de palestinos a manos de colonos israelíes y del ejército. Las bombas ahora caen en ciudades que antes eran consideradas seguras.

La Expansión del Conflicto

El conflicto no se limita a Gaza y Cisjordania, sino que ha cruzado fronteras hacia Líbano. Tras los bombardeos y ataques selectivos, Israel ha comenzado a atacar las infraestructuras de Hezbolá, lo que ha intensificado las tensiones en la región. Además, la amenaza que Israel representa para las instalaciones petroleras de Irán ha comenzado a afectar los precios del petróleo a nivel mundial. Este ciclo de violencia ha arrasado con la legalidad internacional, las fronteras y el derecho a la vida.

La Responsabilidad de la Diplomacia

La diplomacia tiene la responsabilidad de prever y evitar la escalada de este conflicto. Instituciones como las Naciones Unidas deben ser las primeras en actuar para buscar una solución pacífica. Sin embargo, el fracaso en la mediación ha sido evidente desde que Hamás lanzó su ataque sorpresivo en el sur de Israel, desencadenando una ola de muerte y destrucción.

Un Colapso en la Seguridad

Los servicios de inteligencia de Israel no anticiparon el ataque de Hamás, y la respuesta del ejército fue tardía. El gobierno, que es el verdadero responsable de la seguridad de sus ciudadanos, también falló en su deber. La reacción militar se ha caracterizado por ser excesiva y desproporcionada, guiada por un gabinete que se inclina hacia ideas expansionistas.

La Vulnerabilidad de Israel

A pesar de ser una de las naciones más poderosas y armadas del mundo, Israel se siente frágil y vulnerable. No se trata solo de desactivar a Hamás; su objetivo se ha ampliado para incluir a Hezbolá y el régimen iraní. La diplomacia que antes le otorgaba poder ahora parece centrarse únicamente en obtener apoyo militar, mientras enfrenta acusaciones de crímenes de guerra y genocidio.

La Vida de los Rehenes

Las vidas de los rehenes, que son una parte importante de esta crisis, parecen haber quedado en un segundo plano. Hasta ahora, solo se ha logrado rescatar a un número muy limitado de ellos a través de operaciones militares. La situación ha generado una oposición interna, donde familiares de los rehenes y algunos grupos pacifistas han comenzado a alzar la voz.

La Hora de los Halcones

En medio de este caos, el nacionalismo se ha intensificado, y las voces más extremas han comenzado a dominar el discurso. La guerra ha alimentado un ciclo de odio y deshumanización, donde la visión del mundo se ha polarizado en términos de “buenos” y “malos”. En este contexto, el liderazgo de Benjamín Netanyahu podría beneficiarse en futuras elecciones, ya que la guerra tiende a fortalecer a aquellos que promueven una narrativa de victimización competitiva.

La Indiferencia Moral

La falta de empatía hacia el sufrimiento ajeno ha sido denunciada por diversas figuras. Un exministro israelí ha señalado que no ha surgido un líder que reconozca la responsabilidad de Israel en la tragedia palestina. Esta indiferencia moral se refleja en la incapacidad de imaginar el sufrimiento del otro, lo que es común en conflictos de esta naturaleza.

La Ceguera de los Nacionalismos

El historiador palestino ha criticado la falta de visión en ambos lados del conflicto, donde cada grupo considera su nacionalismo como puro e históricamente enraizado, mientras desestima el del otro. Esta ceguera ante el sufrimiento del adversario solo perpetúa el ciclo de violencia y resentimiento.