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La valentía de los “españoles” en la 65ª Brigada de Ucrania

La historia de Tarás Mijalchuk y Anatolii Tsisik

En el corazón de la lucha en Ucrania, dos hombres que alguna vez llamaron España su hogar se han convertido en figuras prominentes en la 65ª Brigada Mecanizada. Tarás Mijalchuk, de 57 años, y Anatolii Tsisik, de 43, son subcomandantes de batallón que decidieron dejar atrás sus vidas civiles en España para unirse al ejército ucranio tras la invasión rusa. Estos hombres, conocidos entre sus compañeros como “los españoles”, han llevado consigo no solo su nacionalidad, sino también una rica historia marcada por la guerra.

Un regreso a las raíces

Mijalchuk dejó Ucrania en 2005 en busca de un futuro mejor, pero su vida estuvo marcada por la guerra desde su juventud. A los 18 años, fue reclutado para luchar en la invasión soviética de Afganistán, donde permaneció hasta 1987. Posteriormente, sirvió en diferentes conflictos, incluyendo la disputa entre Azerbaiyán y Armenia, y la separación de Transnistria de Moldavia. Su trayectoria militar lo llevó a retirarse con el rango de capitán en el año 2000.

A pesar de su vida en España, donde estableció su hogar en Badalona junto a su esposa e hijas, la guerra siempre estuvo presente en su mente. Su abuelo materno había luchado en la Guerra Civil Española, lo que le otorgó un vínculo especial con el país que lo acogió.

Un compromiso inquebrantable

Sentado en la cocina de su cuartel en Oríjiv, Mijalchuk comparte su anhelo de regresar a Barcelona. Su vida en España como ingeniero en empresas de renombre como Estrella Damm y Amazon le brindó estabilidad, pero el deber hacia su país lo llamó de vuelta. La nueva ley de movilización en Ucrania ha complicado las cosas para muchos, pero Mijalchuk y Tsisik están decididos a seguir luchando hasta que la guerra termine.

Tsisik, por su parte, también dejó su hogar en Murcia para combatir en el conflicto que comenzó en 2014. Después de un tiempo en España, regresó a Ucrania para unirse a la lucha contra los separatistas prorrusos. Su compromiso es firme: no regresará a su vida anterior hasta que la guerra haya concluido.

Reconocimiento en el campo de batalla

Mijalchuk ha sido reconocido en múltiples ocasiones por su valentía y liderazgo en el campo de batalla. En agosto de 2022, junto a un médico, logró evacuar a un grupo de soldados sitiado en Nesteryanka, un acto que le valió la admiración de muchos y una distinción por parte del presidente Volodímir Zelenski. Sin embargo, a pesar de sus logros, Mijalchuk es consciente de la dura realidad que enfrenta su brigada.

La 65ª Brigada ha sufrido grandes pérdidas desde su formación, y Mijalchuk ha expresado su preocupación por la falta de efectivos. De los más de quinientos hombres que formaban parte de su batallón hace dos años, muchos han caído en combate o han resultado heridos.

La estrategia en el campo de batalla

Los tiempos han cambiado, y la estrategia de combate se ha adaptado a las nuevas realidades. Tsisik señala que los tanques ya no participan en ataques directos, ya que se vuelven vulnerables ante los drones y unidades antitanques rusas. Ahora, su función se ha limitado a actuar como cañones de artillería, una señal clara de la evolución del conflicto.

Ambos oficiales coinciden en que la situación actual es complicada y que el optimismo es escaso. La guerra ha dejado cicatrices profundas en el pueblo ucraniano, y muchos hombres se enfrentan a la presión de alistarse, incluso aquellos que no desean participar en el conflicto.

La necesidad de motivación

Mijalchuk y Tsisik abogan por un enfoque diferente en la movilización de tropas. Creen que solo deben unirse al ejército aquellos que realmente lo deseen. Mijalchuk sugiere que la solución a la falta de efectivos radica en mejorar la compensación económica para los soldados, desde los salarios hasta las compensaciones por heridas.

La guerra ha sido una constante en la vida de estos hombres, y su deseo de proteger a su patria es inquebrantable. Sin embargo, también son conscientes de que el conflicto no solo se gana con valentía, sino también con recursos y estrategias adecuadas.

Reflexiones sobre el enemigo

Cuando se habla de la táctica del enemigo, Mijalchuk no duda en señalar que los rusos siguen utilizando métodos obsoletos. A su juicio, el enfoque de atacar una posición desde múltiples frentes, aunque costoso en vidas, permite que al menos un grupo logre alcanzar su objetivo. Esta realidad resalta la brutalidad del conflicto y la necesidad de adaptarse constantemente a las circunstancias del campo de batalla.

Ambos oficiales han vivido en carne propia la dureza del combate y la pérdida de compañeros. A pesar de las dificultades, su determinación de seguir luchando por Ucrania permanece intacta.

El futuro incierto

Mientras el conflicto continúa, Mijalchuk y Tsisik enfrentan un futuro incierto. La guerra no solo ha cambiado sus vidas, sino que también ha afectado a sus familias, que esperan ansiosas su regreso. La distancia y la incertidumbre son un peso que ambos llevan consigo, pero su compromiso con la causa es más fuerte que cualquier miedo.

La historia de estos hombres es un recordatorio de los sacrificios que muchos hacen por su país. La lucha de Mijalchuk y Tsisik es un testimonio de la valentía y la resiliencia del pueblo ucraniano en tiempos de adversidad. A medida que la guerra avanza, su deseo de ver una Ucrania libre y soberana se convierte en su principal motivación.

Lucía Ramírez

Soy Lucía Ramírez, reportera enfocada en Economía Global, Medio Ambiente y Bienestar. He viajado por el mundo analizando cómo las tendencias económicas afectan a diferentes culturas y ecosistemas. Mi trabajo en Versi busca dar voz a las historias menos contadas, aquellas donde la economía y el medio ambiente se encuentran con el bienestar humano, ofreciendo una visión global que conecta estos aspectos vitales de nuestra vida cotidiana.

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